La derogación de la reforma laboral es compleja para la Ministra

Un fantasma recorre Europa es una de las populares frases del Manifiesto Comunista de 1848 de Marx y Engels. En el 2020 unos fantasmones recorren los Ministerios en España, deambulando por sus salones y pasillos, buscando el diálogo e intermediando con los agentes sociales, o dicho de otra manera pasteleando entre patronal y sindicatos. Por fantasmón me refiero a aquella personalidad que alardea y que amaga, pero no golpea, que grita, pero no asusta. Y esta sábana blanca con dos agujeros en los ojos que recuerda al infantil disfraz de carnavales es el que se ha puesto la Ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. Incluso, dicen que la Ministra debe tener el carné del PCE. Seguramente no será el carné de los veteranos militantes que con orgullo mostraban los sellos de pago de sus cuotas para contribuir económicamente al Partido. Seguro que para la Ministra sea sencillo pagar, pero más complejo militar al ser una mujer del siglo XXI.
 
La memoria política tiene corto alcance en nuestro país. Estamos acostumbrados a un PSOE que en las campañas electorales promete medidas para la mayoría trabajadora y cuando está en el gobierno aplica recortes a los derechos laborales y sociales. Parece que los nuevos socios de gobierno de Unidas Podemos, o en otra expresión los de la nueva Nueva Izquierda o eurocomunistas del s. XXI, han aprendido rápidamente. 

Quién no recuerda al bautizado ciudadano Garzón hablando en los medios de comunicación de que “La derogación de la reforma laboral es una necesidad de nuestro país”. O a la actual Ministra de Trabajo que, tirando de hemeroteca, vemos cómo nos decía que el PSOE “no va a derogar la reforma laboral” y, por otro lado, constata ahora que la vieja socialdemocracia pone “un empeño especial” en la incorporación de la llamada mochila austríaca. 

Está claro, derogar la reforma laboral debe ser algo complejo en la misma lógica que para la Ministra de Trabajo debe ser complejo el ser comunista. Por eso, como es complejo, la reforma laboral se desmontará en dos fases, en palabras de Yolanda Díaz. Así, a cuentagotas, iremos viendo pequeñas modificaciones de la legislación laboral con las que ir gestionando la ilusión de las masas populares en las pequeñas mejoras. 

En un primer momento, eliminarán la causa de despido por acumulación de bajas médicas justificadas, pero ¿volverá el pago de 45 días de indemnización por despido improcedente como existía antes de la reforma laboral del PP del 2012? Que nadie se sorprenda, ya que en la reforma laboral del 2010 el gobierno del PSOE incluyó la previsión de pérdidas futuras en la empresa como causa de despido procedente, facilitando así que los despidos fueran más baratos para la patronal. 

Y claro, para los que hemos leído a los clásicos del marxismo-leninismo, esta historia no es nueva: reforma o revolución. Y en el caso de la entrada al Gobierno por parte de Unidos Podemos nos suena más a la sintonía entonada para la vía pacífica mediante reformas hacia el lejano horizonte del socialismo que nunca llegará. El pensamiento político del fantasma de Carrillo parece resurgir en la actualidad, con lo que se llevará lo poco que quedó del arrastre de la última oleada. 

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