Hay quien piensa que, con la elección de nuestro lema congresual, estamos insinuando alguna especie de clandestinización del PCTE. No es ese el punto esencial de nuestra reflexión.
Las cambiantes condiciones que afectan al trabajo de una organización revolucionaria como la nuestra abarcan todo el conjunto de fenómenos que pueden exigir modificaciones en la táctica y en la forma de trabajar a diario. Esto engloba, por tanto, situaciones extremas en las que la actividad abierta del PCTE pueda verse comprometida, pero sobre todo lo entendemos como un proceso en el que estén asegurados todos los mecanismos para detectar, analizar y responder ante cualquier situación que tenga relevancia en la lucha de clases y que pueda afectar al cumplimiento de los objetivos estratégicos definidos colectivamente.
Uno de los elementos principales de nuestras reflexiones congresuales tiene que ver con la preparación para los distintos escenarios que, tanto a nivel internacional como español, se van perfilando para el período inmediatamente posterior al Congreso y a medio plazo. La palpable cercanía de una guerra imperialista generalizada, en el marco de un mundo capitalista con bloques y alianzas imperialistas cada vez más definidos, es un punto esencial de nuestra discusión. Esto es así porque es perfectamente visible cómo la falta de una posición clasista e internacionalista relevante en el día a día de nuestro país facilita la popularización de posiciones belicistas y favorables al rearme y el militarismo, que desembocan siempre en la utilización de nuestra clase como carne de cañón en las confrontaciones entre capitalistas.
En el ámbito nacional, inseparable en realidad de lo que ocurre fuera del país, el crecimiento de las posiciones más reaccionarias y la hipótesis de un cambio de Gobierno en unos meses determina un escenario distinto al de los últimos años. Sobre todo, por el efecto que puede tener en el movimiento obrero organizado que, bajo hegemonía socialdemócrata, ha estado en grandísima medida subordinado a la agenda del Gobierno de coalición. Un cambio en los partidos que conforman el Gobierno capitalista español sin duda traerá consigo una alteración de las dinámicas de movilización ante las que los y las comunistas hemos de saber responder adecuadamente y en las que nuestra intervención tendrá que adoptar características específicas.
Para poder responder con agilidad y acierto ante los fenómenos que se produzcan en el próximo período es necesario tener bien engrasada la maquinaria partidaria y contar con los medios adecuados para mantener una relación fluida y sistemática con nuestro entorno, con todos aquellos elementos de la clase y del pueblo trabajador, así como de los sectores que pueden convertirse en aliados de la clase obrera, que están presentes en los espacios donde el PCTE desarrolla su trabajo. Y esto implica a todos los niveles de la organización, desde el Comité Central hasta la célula más pequeña, que deberán enfocar su trabajo a garantizar una intervención más planificada y sistemática de un activo militante insertado realmente en la lucha de clases y con capacidad para adoptar, en todos los ámbitos, un papel dirigente de la lucha de masas.