El bloqueo del Canal de Suez: 6 días que estremecieron al mundo

Ya todos sabemos que un buque portacontenedores ha bloqueado el Canal de Suez durante unos días al atravesarse a lo ancho del canal y cortar así el tráfico marítimo en ambos sentidos. Al margen de quién sea responsable, ya fuese error humano o una fuerte ráfaga de viento, lo que nos interesa es entender por qué los telediarios se han encargado de que supiésemos cada última hora del incidente desde aquel 23 de marzo; ¿por qué es tan importante el Canal de Suez?

Ya entre los siglos XIX y XX A.C existía el deseo de comunicar el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo, en este caso a través del río Nilo, a través de lo que acabó siendo el Canal de Los Faraones. Pero el Canal de Suez no sería una realidad hasta 1859 cuando, bajo el mandato de Luis Bonaparte, el capitalista y cónsul francés en Egipto Ferdinand de Lesseps consiguió la concesión para la construcción y la explotación del Canal de Suez en el istmo del mismo nombre. Aunque presentada como una gran obra pública de progreso y comunicación entre los pueblos, esta obra de ingeniería respondía a las necesidades económicas del capitalismo colonial francés en su expansión por Asia. Si en 1847 el tiempo de circulación de un cargamento de mercancías hacia el Sudeste Asiático era de 12 meses, tras la construcción del canal se redujo a aproximadamente el mismo número de semanas. Lejos de la justificación humanista del proyecto, la realidad es que para su construcción fueron arrastrados a la fuerza decenas de miles de campesinos egipcios. Según las cifras oficiales hasta 20.000 trabajadores murieron durante los diez años que duró la construcción del canal, aunque otros estudios dan una cifra hasta seis veces más alta. Estos datos, más que como un intento por conmovernos, deben de servirnos para entender hasta dónde puede llegar la burguesía para salvaguardar sus intereses.

El Canal de Suez se ha convertido en uno de los puntos clave para la circulación global de mercancías. Actualmente el transporte marítimo mueve el 80% de las mercancías del mundo, y gracias al sistema de contenedores mediante el cual se desplazan enormes cantidades de productos alrededor de todo el globo a un coste relativamente bajo, el paso del istmo de Suez permite un atajo en el transporte marítimo que llega a ahorrar hasta 8.000km en algunas rutas comerciales. Es por esto que el Canal de Suez es un punto neurálgico para el comercio mundial: por él circula actualmente en torno al 12% del comercio global de mercancías y hasta el 30% del tráfico de contenedores. Por situarlo en cifras, cada día circulan por el Canal de Suez mercancías por un valor promedio de 9.000 millones de euros, el doble del presupuesto de educación en España para 2020. Esto significa que cada hora que el canal pasaba bloqueado se estimaban pérdidas de hasta 400 millones de euros.

Pero nos podemos preguntar, ¿a dónde han ido esas mercancías? Quizá se han estancado unos cuantos días pero no se han hundido en el fondo del mar, simplemente llegarán con retraso a su destino. No parece tan dramático ¿no es así?

Para entender la alarma que se ha generado entre los capitalistas de todo el mundo con este incidente tenemos que entender lo siguiente: el tiempo que tarda una mercancía en llegar desde su lugar de producción hasta que se vende es crucial para la ganancia del capitalista. Cuanto menos tiempo tarde en volver a sus manos el dinero invertido en la producción de la mercancía, menos tiempo tardará el capitalista en invertirlo de nuevo en la producción de más mercancías que repitan esta espiral siempre creciente. Cuanto antes venda la mercancía, antes podrá reiniciar el ciclo de rotación del capital. Es por ello que los capitalistas de todo pelaje, grandes y pequeños, intentan por todos los medios reducir los tiempos en los que se desarrollan todas las etapas de este proceso; ya sea la empresa de reparto a domicilio que te presiona para conducir a toda velocidad o la doctrina just in time de los grandes monopolios. Es por esto que muchos de los buques que debían circular por el canal, ante la incertidumbre de no saber cuánto tiempo permanecería bloqueado, tomaron la ruta por el Cabo de Buena Esperanza en el extremo sur del continente africano, lo que supone dos semanas más de viaje y un gasto en combustible de miles de euros.

El bloqueo del Canal de Suez ha sido finalmente sólo un susto para los grandes monopolios, pero ha puesto el foco de atención por unos días en la raíz del funcionamiento y sostenimiento del sistema capitalista global, el sistema productivo. El hecho de que por unos días el sistema haya mirado con horror el bloqueo de un paso marítimo de menos de 400 m de ancho por un buque que, tripulado por solamente 25 personas, tiene un tonelaje de porte bruto de casi 200.000 toneladas, pone de manifiesto la absurda cantidad de valor que se concentra en los puntos estratégicos del sistema y nos da la pista a los comunistas de cuáles son los verdaderos miedos del sistema capitalista global.

Bruno Lévy

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies