Highway to peaje

Sé que hacer un chiste fácil con una canción de AC/DC para escribir un artículo de opinión sobre el nuevo peaje en las carreteras anunciado por el ministro Ábalos es bastante cutre. Pero me parece tan chabacano el asunto que me da pereza buscar figuras literarias para relatar la ruindad del gobierno de coalición. Así que voy al grano.

En el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que el Gobierno ha emitido a la Comisión Europea, se establece que en 2024 pueda estar regulado el pago por el uso de las autovías españolas, dejándose además la puerta abierta a fijar cobros también por circular en el resto de carreteras. Como cualquier persona de sentido común se opone a la medida, diciendo que esas carreteras ya las ha pagado con sus impuestos producto de su trabajo, el ministro de Transportes Ábalos dice que lo que pasa es que mantenerlas tiene un coste y prueba de ello es que ya esa medida la propuso el PP cuando estaba en el Gobierno.

En lo último, el ministro no disimula: ya había exigencias en este sentido. Y es aquí donde entran en juego los grandes monopolios de nuestro país para los que la coalición socialdemócrata hace sus políticas. Frente a la retórica del gobierno del progreso, aquí se observa la realidad de los intereses a los que sirve. Y es que resulta que todo es exigencia de los cárteles Seopan (Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras) y Acex (Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras) que sostienen sin tapujos que el dinero que se recaude ha de ir para ellas que son las que realizan el mantenimiento de la red de carreteras españolas. Se agradece la sinceridad de Julián Núñez, presidente de Seopan. Ellos no se ocultan. Cualquiera puede meterse en sus webs y comprobar las “empresas asociadas”: Acciona, Ferroser (filial de Ferrovial), FCC, OHL, San José Constructora…

Para esconder los intereses de las grandes empresas, ya está el Gobierno de coalición. Dicen que el asunto tiene que ver con la reducción de las emisiones de CO2. ¿Alguien se lo puede creer? En el mundo de la “posverdad”, a desviar dinero público a los monopolios de las concesionarias se le llama “fiscalidad verde”. Vaya cachondeo. Desde estas líneas, también quería transmitir mis dieses a Antón Gómez-Reino, diputado de Unidas Podemos, que dice que “no es el mejor momento”. ¿Cuándo será el mejor momento para que nos expolie todavía más la clase capitalista de nuestro país? Lo vamos viendo.

De todas formas, esto no es algo nuevo. Cualquiera que haya visto el destino de las radiales que rodean Madrid puede imaginar de qué manera son las cosas. ¿Cómo se pueden mantener unas autopistas sin coches? Pues porque de nuestros impuestos producidos con nuestro trabajo hemos abonado a grupos como Ferrovial, ACS, Sacyr y banca el dinero público necesario para el lucro en la construcción de esas carreteras fantasmas. El 50% de lo recaudado iba para ellas y como no pasan coches… pues se les ha indemnizado con la previsión (mala pero lucrativa previsión) de los coches que iban a pasar. Unos 80 millones de euros al año. No está mal el negocio.

Afirma Ábalos que para su implantación tendrá que haber acuerdo parlamentario (faltaría más). Lo que calla es que unos y otros han gobernado y gobiernan para los mismos intereses. En fin, todo tan cutre y chabacano que me hallo sin inspiración, así que termino con el chascarrillo: highway to IBEX35. Lo chistoso es que la autopista era circular.

Roberto Guijarro

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