Las certezas de las fusiones bancarias

Uno tiene la sensación algunas veces de vivir una realidad que se repite una vez tras otra. Asistimos a la segunda oleada de fusiones en las entidades bancarias tras las vividas en la crisis financiera de 2008. Tras la integración de Bankia dentro de la CaixaBank, la entidad resultante tendrá casi 20 millones de clientes y más de 50.000 empleados, a la espera del final del proceso de EREs a los que asistimos en la banca en este 2021. Además, la nueva entidad comienza su camino con 623.000 millones de euros en activos. Para hacernos una idea, el PIB de España en el año 2020 fue de  1.121.698 billones de euros.

Por detrás de este gigante bancario están BBVA y Santander. En el caso de BBVA, la entidad tiene casi 406.000 millones de euros en activos mientras que Santander tiene algo menos de 355.000 millones de euros. Por su parte, Sabadell se sitúa en el cuarto lugar del ranking por activos con 191.000 millones de euros. La integración de Liberbank dentro de Unicaja sumará 109.000 millones de euros en activos. Sumados todos los activos de los principales bancos españoles tenemos 2.182.698 billones de euros, más o menos el doble del PIB español.

Las fusiones bancarias no son algo nuevo, cada crisis se han venido dando en mayor o menos grado en función también de la intensidad de la propia crisis capitalista. CaixaBank es producto de la integración de cinco bancos, Bankia es el resultado de la fusión de ocho bancos, el BBVA de seis bancos, el Santander de tres bancos y Unicaja de seis bancos. El proceso de concentración bancaria  es un proceso propio del capitalismo, consecuencia de la concentración de capitales, que es parte del proceso de acumulación capitalista, siendo estas fusiones parte también de los sucesivos cambios en el mercado nacional. Buena parte de estos cambios han sido producto también de la apertura del mercado español a la UE y de la exportación de capitales, principalmente a América latina, desde los años 1980. Entre los 50 bancos más importantes del mundo nos encontramos 3 bancos españoles, CaixaBanc, BBVA y Santander, que junto con el banco Sabadell y Unicaja son los elementos mediante los cuales los monopolios españoles exportan capitales a todo el mundo. Para hacernos una idea, los tres primeros bancos españoles controlan un 70% de la cuota de mercado en España y si contamos los 5 primeros nos encontramos con un 80%.

Estos 3 principales bancos controlan el Banco de España, el CNMV, que es la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la CNMC, que es la Comisión Nacional de Mercados y Competencia, que son elementos clave en la regulación del mercado. El Banco de España se encarga de definir y ejecutar la política monetaria. El CNMV es el encargado de velar por la transparencia de los mercados de valores españoles y la correcta formación de precios, lo que viene siendo proteger a los monopolios españoles de operaciones bancarias fraudulentas que perjudiquen sus intereses. El CNMC, por otra parte, vigila la seguridad en el funcionamiento de los mercados estratégicos, en definitiva una defensa de la competencia española. Los sectores estratégicos que supervisa el CNMC son el de energía, telecomunicaciones, sector postal, medios audiovisuales y el sector ferroviario y aeroportuario.

La relación de la banca con los políticos y los partidos españoles viene de largo. Por ejemplo el doctor en Economía Pedro Sánchez, es un viejo conocido de la banca. Como miembro de la Asamblea General de Cajamadrid entre los años de 2004 y 2009, aprobó la mayor emisión de preferentes de la banca española hasta ese momento, por valor de 3.000 millones de euros.

Además, la gran mayoría de las revistas “científicas” en el área económica están financiadas por la gran banca española, trasladando una visión deformada y deformante de la realidad en lo que a la economía se refiere. Todos los grandes grupos mediáticos están endeudados. Cuatro grupos de comunicación, que controlan el 94% de la cuota del mercado televisivo (Corporación de Radio y Televisión Española -CRTVE-, Mediaset, Atresmedia y Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals -CCMA-) están endeudados. Además, parte de sus propietarios son también propietarios de la gran banca.

Un tanto igual ocurre, a su vez, en la radio, en la que cuatro cadenas controlan el 97% de la cuota del mercado radiofónico (la COPE, Onda Cero, RAC1 y la Cadena SER), todas ellas endeudadas. Y lo mismo sucede con los cinco principales rotativos (El País, El Mundo, La Vanguardia, ABC y El Periódico), todos ellos endeudados. De ahí la enorme capacidad de movilización ideológica de la banca, que además recibe un trato preferencial por parte del estado.

Otro tanto podemos decir de los principales partidos en el parlamento español. PSOE y PP, con 40 y 25 millones cada uno, son los partidos que más dinero adeudan a los bancos. Más de la mitad (52%) de esa deuda de los partidos políticos está en manos de dos de los mayores bancos españoles: CaixaBank y Banco Santander.

La concentración bancaria, como hemos dicho anteriormente, es un proceso propio del capitalismo, consecuencia de la concentración de capitales y va a seguir ocurriendo crisis tras crisis. Por otra parte, el capitalismo español, de la mano de la banca y los monopolios, va a seguir exportando capitales y garantizando la posición de los monopolios españoles a nivel internacional. La única manera de garantizar que esta concentración no se de, y que además no se de en contra de la clase obrera, es, como no, una  República Socialista en España que ponga todos los recursos en manos de los mismos trabajadores que producen esos recursos. No es utopía. Es la única manera.

Sergio Sáenz

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