Historia de la lucha contra la OTAN y las guerras desde una perspectiva militante

Hay una generación de militantes revolucionarios que nuestros recuerdos de infancia y juventud están marcados por las consignas de la lucha contra la entrada de nuestro país en la OTAN. Sin duda, nuestra memoria mantiene grabado el lema de “OTAN No, bases fuera”, y eso sólo puede ser consecuencia de haber vivido una amplia movilización de las masas que permeó a todos los niveles sociales.

La lucha contra las guerras imperialistas ha continuado en los últimos treinta años, a pesar que supuestamente el enemigo por el que fue fundada la OTAN había dejado de ostentar el poder después de la contrarrevolución a finales de los noventa del siglo pasado.

En 1986 se celebró en España el referéndum en el que se sometió a valoración la participación de España en la OTAN. Los defensores del No abarcaban un amplio espectro de posicionamientos, desde los que apostaban por la neutralidad ante el bloque capitalista y el socialista, pasando por las diferentes organizaciones comunistas, cristianos, intelectuales y artistas, movimientos sociales pacifistas… En defensa del Sí se posicionó el PSOE, que desde el gobierno justificó con piruetas argumentales el cambio de la posición mantenida unos pocos años atrás y avanzó rápidamente en el abandono de los postulados más clásicos de la socialdemocracia. Comenzaba un proceso de gestión del capitalismo en España basado en la privatización de empresas públicas, la entrada en la Comunidad Económica Europea, la desindustrialización, la guerra sucia

El referéndum se perdió en una campaña con recursos desiguales. Es necesario destacar que la pregunta del plebiscito venía acotada por tres condiciones que posteriormente han sido incumplidas: España no se integraba en la estructura militar, no se introducían armas nucleares en territorio español y se procedería a la reducción progresiva de la presencia militar de los Estados Unidos en España. No es necesario justificar la triste realidad de lo que sucedió en los años posteriores con estas tres condiciones.

De este proceso de lucha contra la OTAN surgirá, como movimiento político y social, Izquierda Unida, que agrupó en gran parte a todos aquellos sectores que se movilizaron por el No. Este contexto fundacional de Izquierda Unida es algo de lo que se vanagloria esta organización en sus documentos políticos, pero que cuando alcanzaron el poder, su gobierno entre los cuales hay ministros del PCE, aprueba en el Consejo de Ministros prolongar las operaciones militares de las tropas españolas en el exterior, entre ellas las de la OTAN, como ha sucedido recientemente el 21 de diciembre de 2021.

Ya en los noventa, una vez integrada España en las alianzas imperialistas, OTAN y la Unión Europea, se activó la lucha en nuestro país contra la guerra. Primero fueron las movilizaciones contra la intervención militar en Irak en los primeros años de la década, en los que una coalición de países, liderados por EEUU y con la participación de tropas españolas, ataca y bombardea el país que gobernaba Sadam Hussein, satanizado en una campaña mediática. También, en los noventa, las potencias occidentales y sus monopolios dinamitan la convivencia de los pueblos que integraban Yugoslavia. Ambas guerras, las de Irak y la de Yugoslavia, movilizaron a amplias masas, entre las que el estudiantado jugó un papel destacado a pesar de la debilidad de las organizaciones estudiantiles. Las manifestaciones en las principales ciudades mostraban el clamor contra las guerras imperialistas. Comienza en estos años, desde la superestructura del sistema, una campaña para mojar con lluvia fina y penetrar en las masas la idea que ante los desastres humanitarios son necesarias las intervenciones militares de ejércitos extranjeros en la denominas “misiones de paz”. Como fruto de estas misiones surge, como nuevo país, la República de Kosovo, donde se ubicó una base militar de la OTAN, Camp Bondsteel, de gran importancia por su ubicación estratégica.

Los primeros años del siglo XXI confirmaron que el imperialismo necesita la guerra, así los pueblos sufrieron las guerras de Afganistán y de nuevo la de Irak. Las calles de nuestras ciudades volvieron a llenarse bajo la consigna “No a la Guerra”, que obviamente fue amplificada e instrumentalizada por el PSOE en sus cálculos electorales.

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