«Hemos parado a VOX” o dar gato por liebre. Un análisis de las elecciones andaluzas

Llevamos un par de lustros en los que el oportunismo, con sus diversas fuerzas en liza, hace de la épica victoriosa, un camino permanente. Podemos, desde ese “el momento es ahora” al “hemos conseguido entrar en el gobierno por primera vez en ochenta años”, han perdido la mitad de los votos. Los tres años de gobierno central han dejado al partido morado y a sus alianzas en las mínimas. Las elecciones andaluzas han sido una buena muestra de ello: de los diecisiete diputados de Adelante Andalucía en 2018 han pasado a cinco bajo la marca de Por Andalucía, a los que habría que sumar otros dos de Teresa Rodríguez bajo la denominación de Adelante Andalucía – Andalucistas.

¿Y cuál ha sido la autocrítica de estas fuerzas? Mientras la dirigente de IU y cabeza de lista de Por Andalucía, Inma Nieto, decía que el problema había sido que no habían estado unidos con la candidatura de Teresa Rodríguez, esta última hacía unas declaraciones de prensa llena de alegría. La dirigente trotskista afirmaba: “hemos pinchado el globo de la extrema derecha y hemos creado un espacio político andalucista del siglo XXI”. Buena parte de los medios de comunicación progresista repetían ese mantra al día siguiente: se ha conseguido parar a VOX, no entrará en el gobierno como en Castilla y León.

El resultado, sin embargo, es conocido por todos: mayoría absoluta del Partido Popular y ligero aumento de votos y diputados para VOX, lo que consolida la tendencia a la reacción del capitalismo. La votación preludia duros ataques a las condiciones de vida y trabajo de la mayoría trabajadora en Andalucía, que vendrán de la mano de un aumento de la represión a las movilizaciones y otras expresiones de la lucha obrera que pretendan superar la mera gestión del capitalismo.

Asimismo, las elecciones han demostrado la absoluta incapacidad del gobierno de coalición socialdemócrata de frenar a la reacción desde la mera gestión del capitalismo. La propia gestión que el PSOE y Unidas Podemos han realizado estos tres años desvela ante los ojos de muchos de sus antiguos votantes la incapacidad de hacer transformaciones de calado en sus condiciones sociales y laborales. Esto es especialmente importante para los votantes de Por Andalucía, que han castigado el papel de Unidas Podemos en un gobierno que envió una tanqueta a Cádiz a reprimir la huelga indefinida del metal o fue incapaz de mantener abierta la fábrica de Airbus en la misma provincia.

La socialdemocracia tiene un papel fundamental como elemento desmovilizador de la lucha obrera y popular y da armas a la extrema derecha debido a la contradicción, cada vez mayor, entre los discursos que el gobierno socialdemócrata hace y las condiciones cada vez más duras del pueblo trabajador.

En Andalucía, otrora granero de votos del PSOE, buena parte de las redes clientelares sobre las que se asentaban las victorias del Partido Socialista han sido absorbidas por el Partido Popular. Los cuarenta años de gestión del PSOE en la Junta de Andalucía, algunos de los cuales lo fueron con Izquierda Unida, también han servido para ir laminando las esperanzas de un pueblo trabajador que ha visto elección tras elección cómo su voto a las candidaturas progresistas no provocaban cambios en la correlación entre capital y trabajo y no implicaban mejoras en sus condiciones de vida.

Por supuesto los comunistas también debemos reconocer que nuestros resultados electorales son claramente insuficientes. Agradecemos la confianza depositada en nuestro partido por casi tres mil personas, pero somos conscientes de que todavía estamos lejos de nuestros objetivos. Estos resultados demuestran la necesidad del fortalecimiento del Partido Comunista para organizar la cuña de confrontación con el capital.

Se prevén años duros de ofensivas de la patronal a nuestras condiciones de vida y trabajo: la subida de precios desbocada es un ataque al salario indirecto de las familias trabajadoras, la profundización de los ataques a la sanidad y a la educación públicas serán nuestro día a día. Frente a quienes proponen que les votes para acabar con esta situación, los comunistas hacemos un llamamiento a la organización y el combate consciente, desde el propio Partido, desde los sindicatos y otras organizaciones del campo popular. Solo la lucha clasista organizada puede parar la ola de ataques de la patronal y sus gobiernos. Solo la lucha clasista organizada puede comenzar a darnos victorias. No queremos generar falsas ilusiones: se vienen curvas y el cinturón todavía no lo tenemos abrochado.

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