La necesidad de seguir luchando por un aborto libre, seguro y gratuito

Tras la derogación, por parte del Tribunal supremo estadounidense, de una sentencia que protegía el derecho al aborto, y que más de una docena de estados lo hayan prohibido inmediatamente, volviendo a leyes del siglo XIX, ha hecho que el debate sobre la legalización del aborto vuelva estar en el ojo del huracán.

El debate no debe centrarse en si se está o no de acuerdo con el aborto, en aborto no o aborto sí; pues existe y seguirá existiendo esté o no legalizado; el debate es si queremos que se practique de forma legal o clandestina, si queremos abortos seguros para las mujeres.

Su legalización no va a provocar una reducción en el número de abortos que se practiquen, pero sí reduciríamos el número de abortos realizados sin reunir unas condiciones mínimas de seguridad y salubridad. Unos 25 millones al año en el mundo, casi la mitad de los abortos producidos, ponen en riesgo la salud de millones de mujeres y, en muchos casos, acaba costándonos la vida, por ser efectuados por personal sin la formación necesaria o en entornos sin unos mínimos estándares higiénicos, mediante el consumo de sustancias corrosivas, inserción de objetos extraños y el uso de técnicas invasivas que distan mucho de ser respetuosas y seguras para el cuerpo femenino.

Las mujeres obreras y de sectores populares son quienes más sufren tanto la ilegalidad como la no gratuidad de los abortos, pues al no tener los recursos económicos necesarios, se ven obligadas a recurrir a estos métodos no seguros, poniendo su propia vida en juego.

Que en España el aborto esté legalizado y sea gratuito en los casos previstos en la ley no hace que el acceso sea mucho más sencillo, y es que cuando, tras valorar tus opciones durante días, decides interrumpir tu embarazo comienza un proceso difícil, en el que no existen protocolos claros de actuación.

Vas a tu médico de cabecera o al centro de planificación familiar más cercano y no es descartable tener que enfrentarse a una primera dificultad, la del prejuicio y el juicio. Cada vez menos, pero siguen dándose comportamientos hostiles por parte de ciertos profesionales, que desarrollan una actitud de reprobación hacia la mujer que ha decidido interrumpir voluntariamente su embarazo.

Consigues que te den cita para la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), otra vez la suerte, si tienes mucha te la darán en un centro público, solo el 15’4% de las interrupciones voluntarias del embarazo se practican en centros públicos; si tienes menos te tocará ir a un centro privado, y si tienes poca, como pasa en muchas provincias españolas, te tocará desplazarte hasta 300 kilómetros de tu hogar, debiendo sufragar el desplazamiento. Pero si eres una mujer extranjera en situación irregular vas a tener que volver a la casilla de salida, pues a ti se te niega el derecho al aborto gratuito, por lo que solo podrás practicarlo de manera privada.

Llegas a la clínica y te explican las posibilidades que tienes, practicarlo quirúrgicamente a través de un legrado o de manera farmacológica tomando unas pastillas si es antes de la semana 7 de gestación, pero esto no ocurrirá hasta después de 3 días de reflexión, como si la decisión de practicarse un aborto las mujeres la tomáramos a la ligera, sin haberle dado todas las vueltas del mundo antes, y es que hasta para esto nos están diciendo que somos unas cabezas huecas y debemos pensarlo más.

Si decides hacerlo de manera farmacológica, evitando, de mano la anestesia local y la entrada al quirófano, te indican como será el proceso, pero estarás en tu casa sufriendo dolores y con un sangrado que no esperabas porque nadie te dice realmente cómo es, así que te toca pasar sola o con tu familia de 2 a 4 días de sangrado más que abundante y fuertes dolores. Pero la suerte juega aquí también su papel y si no la tienes, tendrás que acabar practicándote un legrado igualmente. Si optaste por el legrado directamente, tras practicarlo te dejarán reposar un poco para que te pase la anestesia y te mandarán a casa.

No hay bajas médicas por IVE, no se contempla que tras practicarte un aborto voluntario no estás en condiciones de acudir a tu puesto de trabajo, por lo que respiras hondo y vas con la mejor cara posible, sabiendo que no estás en condiciones para estar allí, sabiendo que tu salud como la del resto de mujeres trabajadoras no importa al sistema capitalista.

Este 28 de septiembre, Día por la despenalización y legalización del aborto, debemos volver a las calles, y seguir luchando por el reconocimiento del derecho a un aborto verdaderamente libre, público y gratuito en que nuestras decisiones no sean puestas en duda y nuestra salud no sea pasada por alto.

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