El papel del PCTE en la nueva legislatura

Una vez pasadas las elecciones del 23 de julio, y a pesar de todas las incógnitas abiertas en cuanto a la formación de gobierno dado lo apretado de los resultados, hay una certeza: todas la fuerzas parlamentarias defienden la explotación capitalista.

El PCTE dedicó la campaña electoral a exponer cómo la gestión del ala socialdemócrata del capitalismo español, encarnada en la nueva legislatura por el PSOE y su muleta SUMAR, que aspiran a reeditar una coalición, había sido sumamente eficaz para garantizar los intereses de los grandes capitalistas españoles y para desactivar cualquier tipo de movilización obrera y popular ante las consecuencias de la crisis catalizada por la pandemia y el acelerado proceso de modernización del capitalismo español.

También sirvió la campaña para presentar nuestro programa de lucha para el próximo período, ante la evidencia de que, gobierne quien gobierne a partir de ahora, lo va a seguir haciendo en beneficio de los explotadores y no de los explotados.

El programa de lucha del PCTE sirve para orientar, en los centros de trabajo, de estudio y en los lugares de residencia de la mayoría trabajadora, los procesos de articulación organizativa que son imprescindibles para poder resistir contra los ataques que ya se están produciendo y que se intensificarán en los próximos meses y años contra nuestros intereses y derechos como trabajadores y trabajadoras.

La cada vez más estrecha vinculación del Estado con la Unión Europea y con la OTAN, traducida en un creciente gasto militar, una mayor implicación en las guerras imperialistas y en el compromiso de realización de una serie de “reformas estructurales” a cambio de los fondos europeos, es compartida por los partidos parlamentarios y por otras fuerzas en el terreno sindical y social. Este consenso implica, en la práctica, que el futuro Gobierno se enfrentará a una oposición parlamentaria centrada en disputar quién es mejor gestor de la explotación y a unas organizaciones sindicales que, habiendo asumido las tesis del pacto social y del mal menor, optarán por vender como éxitos las políticas que van dando cada vez más poder a la patronal en los centros de trabajo.

Explicar, convencer y organizar es la consigna del momento, y hacerlo con perspectiva de ruptura con la explotación capitalista es absolutamente necesario para evitar seguir cayendo en las trampas de la socialdemocracia.

Pero para hacerlo de manera efectiva la intervención comunista tiene que multiplicarse y desarrollarse en los centros de trabajo, de estudio y en los barrios. No bastan las buenas formulaciones si no van acompañadas de una práctica sistemática y paciente. Si las denuncias sobre los verdaderos objetivos de las políticas gubernamentales no llegan a quienes deben llegar, si no se ponen los medios para convencer a las masas, si no hay canales efectivos para trasladar las reflexiones partidarias a sus destinatarios naturales, de poco servirán los llamados a la organización.

Por eso el PCTE afronta este nuevo período político con varios retos organizativos y de intervención por delante, con el objetivo declarado de quebrar la hegemonía socialdemócrata en el movimiento obrero, de romper el círculo vicioso en que se quiere atrapar a nuestra clase y nuestro pueblo para que sigan beneficiándose los de siempre.

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