Carlos Ojeda, Partido Comunista de Venezuela: «La amenaza imperialista se usa para justificar el despojo de derechos»

Desde Nuevo Rumbo (NR) entrevistamos a Carlos Ojeda Falcón, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela (PCV), en un contexto marcado por el recrudecimiento de la ofensiva imperialista contra el país, la profundización de la crisis social y política y el agravamiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora venezolana. A la presión externa ejercida por el imperialismo estadounidense y sus aliados se suma una situación interna caracterizada por la descomposición del régimen político, la pérdida de legitimidad del Gobierno del PSUV, la criminalización de la protesta obrera y popular y la ilegalización de facto del PCV. En este escenario de polarización aparente, guerra mediática y orfandad política de amplios sectores populares, abordamos con el dirigente comunista el estado de ánimo del pueblo venezolano, las perspectivas de intervención imperialista, la lucha de clases en el país y las tareas políticas del Partido Comunista en la actual coyuntura.

NR (Nuevo Rumbo): ¿Cómo están los ánimos en Venezuela?

COF (Carlos Ojeda Falcón): El recrudecimiento del intervencionismo y la agresión belicista estadounidense, concebida en torno al denominado Corolario Trump de la Doctrina Monroe, tiene un componente dirigido principalmente a impactar e influir en la subjetividad del pueblo venezolano mediante la llamada guerra cognitiva, instrumentada a través de las redes sociales. En este sentido, el estado de ánimo del pueblo trabajador venezolano se encuentra bajo el «fuego cruzado» de los laboratorios y plataformas mediáticas controladas por las agencias del imperialismo estadounidense y las fuerzas de la oposición lideradas por María Corina Machado, al servicio del intervencionismo yanqui, así como por el vasto y hegemónico sistema nacional de medios públicos controlado por Nicolás Maduro y sus acólitos en el Gobierno nacional.

De un lado, la pretendida «invasión inminente», con la que Venezuela alcanzaría la libertad al estilo Superman; del otro, la resignación a seguir sobreviviendo bajo las condiciones extremas de una política que ha destruido los derechos del pueblo venezolano para servir a la acumulación de los grupos económicos aliados a la élite gobernante. Frente a esta disociación extrema, el estado de ánimo general de los venezolanos oscila entre la expectación, el temor, la indiferencia y la desesperanza, que emergen en un cuadro de orfandad política, ausencia de un liderazgo legítimo y una credibilidad profundamente erosionada en la institucionalidad del sistema político delineado en la Constitución.

NR: ¿Cómo está actuando el actual Gobierno del PSUV a lo interno?

COF: En el contexto general descrito, el Gobierno y el PSUV desarrollan una línea de acción orientada a recomponer la malograda legitimidad y credibilidad afectadas a raíz de las elecciones del pasado 28 de julio, cuyos dudosos resultados pusieron en evidencia el agudo deterioro existente en la base social de seguidores y electores históricamente controlados por el PSUV. Hay que tomar en cuenta que, en diez años (2015-2025) de gobierno de Nicolás Maduro y el PSUV, han migrado de Venezuela unos siete millones de venezolanos en procura de una mejor remuneración de su fuerza de trabajo y de mejores condiciones de vida.

En ese contexto se ha producido un profundo trauma social en la familia venezolana que no puede ser mitigado ni sanado mediante obras menores de infraestructura y ornato, mientras se mantiene una cruel política de despojo de derechos y un repugnante control social ejercido en las comunidades populares, combinado con una creciente represión indiscriminada contra todo aquel o aquella que reivindique derechos justos, elementales y constitucionales. Es decir, a lo interno se vive una suerte de versión criolla de la política de la zanahoria y el garrote.

NR: Desde el gobierno y el PSUV se apela constantemente a la necesidad de un «cierre de filas» y de la unidad nacional frente a la amenaza imperialista ¿Cómo véis desde el PCV esa hipotética «unidad»?

COF: En el PCV insistimos en que no es realizable la más amplia unidad popular necesaria para enfrentar eficazmente la amenaza imperialista mientras prevalezca, al interior del país, una política que sirve a los intereses de nuevos y tradicionales grupos económicos locales y de la élite que mantiene el control político de las instituciones del Estado venezolano mediante prácticas hegemónicas, excluyentes y esencialmente antipopulares y antidemocráticas.

En este sentido, pese a que se observan medidas orientadas a recomponer la eficiencia del trabajo político del PSUV a nivel de las bases —mediante renovaciones nada democráticas de sus estructuras internas o iniciativas populistas de carácter territorial—, el llamado «cierre de filas» se produce fundamentalmente entre élites que comparten el control del poder político en favor de intereses económicos transnacionales y locales.

NR: ¿Veis posible una invasión directa por parte del ejército estadounidense a corto plazo?

COF: Aunque la historia de la lucha de clases nos enseña que ninguna opción es descartable en los planes imperialistas, hasta ahora, considerando el número y la composición del despliegue de fuerzas militares en la región del Caribe, la opción de un desembarco estadounidense en territorio venezolano no aparece como prioritaria. Ello se debe al elevado costo político interno en la opinión pública norteamericana, a las implicaciones internacionales y a la inestabilidad regional que podría provocar, en un contexto de agudas contradicciones internas en los Estados Unidos que enfrenta la cuestionada gestión de Donald Trump.

No obstante, la doctrina de seguridad hemisférica actualizada por el Gobierno de EE. UU., así como las aberrantes declaraciones imperialistas que reclaman pretensiones históricas sobre nuestras riquezas petroleras y mineras, unidas a las amenazas contra Colombia y México, pueden ser indicios de una escalada militarista mayor en la región.

NR: O dicho de otro modo, ¿cree que a la Administración Trump le compensaría correr el riesgo de molestar a otras potencias «amigas» de Venezuela?

COF: Para los comunistas, el imperialismo es un sistema global al servicio de la reproducción del capital bajo condiciones de explotación capitalista. Nuestra Línea Política, aprobada en el XVI Congreso del PCV, caracteriza este momento como un nuevo reparto del mundo por el control de fuentes de energía, materias primas, riquezas mineras, tierras raras, rutas comerciales, enclaves estratégicos, mercados y recursos vitales. Venezuela, además, es un punto clave de entrada a Suramérica en un escenario de creciente competencia interimperialista.

NR: Para terminar, ¿cuáles son las perspectivas de lucha y de futuro del Partido Comunista de Venezuela?

COF: En el PCV somos profundamente optimistas porque estamos convencidos de la vigencia y justeza de nuestra política. Avanzamos hacia el XVII Congreso Nacional con plena democracia interna y centralismo democrático. Las perspectivas son de lucha, y el futuro será luminoso para el proletariado venezolano en su aporte histórico a la humanidad: el comunismo.