Nosotros. La misma bandera. Diez años desde CSP al Partito Comunista

Mitin del Partito Comunista, en Roma. Intervención de Marco Rizzo. 2019.

Han pasado diez años desde el 3 de julio de 2009 cuando, tras nuestra expulsión del PdCI [1] porque estábamos en una clara ruptura con la deriva “arcobalenista” [2], junto a poquísimos camaradas, pusimos las bases para la construcción de nuestra actual organización política.

Aquel día nació Comunisti Sinistra Popolare (CSP), pequeño grupo político que encontró su razón de ser en la perseverancia y la irreductibilidad en su apuesta por el comunismo hasta ser hoy el Partido Comunista. Este pequeño balance sería solo un dato, una noticia de crónica, si no se insertara en un análisis más profundo que nace de la historia y de la necesidad de replantear la cuestión comunista en Italia. Cuando empezamos en 2009, Rifondazione Comunista y el PdCI aún eran partidos con decenas de miles de inscritos, una ingente financiación pública y cientos de cargos electos a nivel regional y municipal. Ahora, tras haber renunciado en la práctica a la hoz y al martillo, tras haber cambiado seis símbolos electorales (Arcobaleno, Federazione della Sinistra, Rivoluzione civile-Ingroia, l’Altra Europa per Tsipras, PaP, la Sinistra) en la búsqueda incansable de una representación parlamentaria, estos partidos han desaparecido, mientras que el Partido Comunista existe.

Nuestra historia reciente es la siguiente:

Tras los primeros años de gran dificultad, sin ninguna financiación, con la única fortaleza de nuestra convicción, de la militancia y del trabajo voluntario, el 21 de enero de 2012 el partido asume la denominación Comunisti Sinistra Popolare – Partito Comunista (CSP – PC).

El 10 de junio de 2012, a partir del colectivo juvenil de Roma “Senza Tregua” nace el Fronte della Gioventù Comunista (FGC), que actúa con autonomía organizativa, pero en sintonía política con el partido.

El 24 de febrero de 2013 el partido participa en las elecciones políticas [3] con una lista propia, pero solo en el extranjero, en la circunscripción europea para los emigrantes italianos; fijando el símbolo definitivo como Partido Comunista (es decir, el símbolo actual).

El 1 de octubre de 2013 se encuentra entre los fundadores de la Iniciativa de Partidos Comunistas y Obreros en Europa, siendo incluido entre los nueve partidos que componen su secretaría.

El 17 de junio de 2014 se reúne en Roma el Congreso Nacional del Partido, en el que se asume el nombre definitivo de Partido Comunista.

El 5 de junio de 2016 participa en las elecciones administrativas [4] de Roma, Nápoles y Turín.

El 21 de enero de 2017 se realiza en Roma el II Congreso Nacional.

En noviembre de 2017 se acepta como miembro efectivo del Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros (Solidnet) y participa en la XIX edición del Encuentro, que se desarrolla en San Petersburgo y Moscú.

El 4 de marzo de 2018 participa en las elecciones políticas, obteniendo 106.000 votos (el 0,3%).

El 26 de mayo de 2019 se presenta a las elecciones europeas, triplicando el número de votos absoluto respecto al año anterior, con 235.000 votos (0,9%) y contando ya con algunos millares de inscritos y militantes.

Si miramos aún más atrás, la historia de Comunisti Sinistra Popolare y del Partido Comunista nace directamente de las raíces ideológicas y políticas que se refieren al área del legendario dirigente del PCI en la Resistencia, Pietro Secchia, y en la historia de la revista “Interstampa”, de los “Centros Culturales Marxistas” y de la llamada corriente prosoviética del PCI y de la controvertida historia de Armando Cossutta que, en su compleja relación de encuentros y desencuentros con los prestigiosos dirigentes “secchianos” (Alberganti, Vaia, Bera, Ricaldone, Cassinera y otros) en los años 80, contribuyó a mantener abierta la cuestión comunista en Italia (con el intento de Rifondazione y del PdCI que más tarde fracasarán). En ese contexto de comienzo de los años 80, tras una militancia en el movimiento del 77 y de la extrema izquierda, en Turín, como recién afiliados al PCI fuimos (uso el plural porque siempre he actuado intentando reunir a compañeros a mi alrededor con las mismas convenciones) fuertemente críticos con las “concesiones ideológicas y también prácticas de la propia línea del PCI”, comenzando a desarrollar actividad política en la red de los Centros Culturales Marxistas, a partir del “Mondo Nuovo” de Turín, lugar de reuniones y seminarios políticos y culturales que reunía a miembros del Partito Comunista Italiano con otros elementos que, como yo, veníamos del área de extrema izquierda. Este grupo constituyó en la práctica el esqueleto de la batalla de oposición interna en el PCI (el llamado “lavorio” [5], puesto que estaban prohibidas las corrientes públicas), que servía como preparación a la fundación de Rifondazione Comunista. En enero de 1990 tuvo lugar en Bolonia el XIX Congreso del PCI, que llega tras la propuesta de disolución que planteó Occhetto en el comité de la Bolognina. El “No a la disolución” se expresa a través de dos mociones, una dirigida por Ingrao, Natta y Tortorella y otra de Cossuta. Un año después, en febrero de 1991, en un congreso en Rimini se funda el Partito Democrático della Sinistra: aquí las dos mociones anteriores se presentan unidas y consiguen el 25%. Quienes firmaron la moción contra la disolución de Cossuta (y una parte de los que firmaron la de Ingrao) no se unieron al nuevo partido y crearon el Movimento per la Rifondazione Comunista (yo estaba entre el centenar de delegados que se reunió al lado del Congreso del PDS para fundar el nuevo sujeto), que se transformará en partido durante el congreso de fundación que tuvo lugar en Roma en noviembre de 1991.

Durante el primer periodo de vida de Rifondazione Comunista, nuestra área batalló siempre contra los múltiples procesos de “Hetero-dirección” del PDS respecto a nuestro intento de mantener abierta organizativamente la cuestión comunista en Italia. En realidad, había una conexión ideológica entre las teorías del PDS/DS/PD y una parte importante del grupo dirigente de Rifondazione: el juicio hacia la URSS y la prepotencia con la que se insistía en llamar la atención sobre los derechos “civiles”, en detrimento del principal conflicto: el que existe entre capital y trabajo. Por supuesto, no es casualidad que el firmante de este artículo se encontrara inmerso en una de esas batallas: la dimisión del primer secretario nacional de Rifondazione Comunista, Sergio Garavini, en 1993 (que mantenía una fuerte polémica conmigo, que entonces era el secretario del Comité de Turín), hasta el enfrentamiento con “Comunisti Unitari” de Magri y Castellina que, tras haber votado en 1995 por el Gobierno Dini, abandonaron el partido y todos sus puestos de dirección.

En aquel periodo, desgraciadamente, tomó fuerza la metástasis política de Bertinotti y su total renuncia a la historia y tradición comunista, hasta llegar a 1998, cuando, durante la ruptura definitiva entre Cossutta y Bertinotti, la misma área política participa en el nacimiento del Partito dei Comunisti Italiani. «En aquel caso el motivo desencadenante fue la crisis del gobierno Prodi, pero para mí y para algún que otro compañero, la gota que ha colmado el vaso ha sido el proceso de “descomunistización” de Rifondazione Comunista que ha llevado a cabo Bertinotti y que hoy se ve con toda claridad», como escribí en aquel momento.

La guerra en Kosovo marca el comienzo del fin de mi relación con Diliberto y Cossutta (intenté oponerme inútilmente, practicando después una severa autocrítica sobre aquel periodo).

En el ámbito internacional, resultará fundamental el conocimiento de otras experiencias comunistas, a partir de la relación con los compañeros del KKE en el Parlamento Europeo entre 2004 y 2009. Con el segundo gobierno Prodi de 2007, en el que participaron directamente tanto Rifondazione Comunista (con Paolo Ferrero como ministro) como el PdCI, se votó la financiación para las misiones militares imperialistas y algunas de las peores medidas antipopulares. Por aquellos motivos, comencé a plantear posiciones críticas respecto a la acción del PdCI y de su grupo de dirección, partiendo de la necesidad de reconsiderar la relación con el centroizquierda y de trabajar por la unidad de las fuerzas comunistas y anticapitalistas, desde una óptica totalmente alternativa a las lógicas bipolares de la Segunda República [6].

Del 8 al 10 de octubre de 2007, los sindicatos organizan referéndum sobre el “Protocolo sobre el Estado de Bienestar”, firmado el 23 de julio. El éxito de las posiciones reaccionarias significa la deriva definitiva hacia la Sinistra Arcobaleno (5 de diciembre de 2008), que no podía nacer de otra manera que no fuera mal, muy a pesar de los múltiples dolores de cabeza que dio a muchos comunistas. Personalmente, he tenido siempre una posición muy crítica respecto a la alianza Arcobaleno y no participé en su asamblea constituyente del 8 y 9 de diciembre de 2007, expresando completamente mi rechazo a presentar un símbolo electoral sin la hoz y el martillo. Quizá por esto muchos me señalaron como el portavoz de todas las insatisfacciones comunistas con el gobierno: «la izquierda verdadera no puede ser nada más que antiliberal y anticapitalista. El que no esté de acuerdo con la hoz y el martillo, que se marche al Partito Democratico», dije en una entrevista.

A finales de año, salió mi libro “Por qué todavía comunistas. Las razones de una elección”, editado por Baldini Castoldi Dalai. En este contexto, el 19 de diciembre, con una carta abierta al secretario del Partido, Diliberto, junto a otros miembros del Comité Central, pedí «reconsiderar el juicio sobre Prodi y retirar, por lo tanto, nuestra delegación del gobierno, además de discutir nuestra presencia en un sujeto -el Arcobaleno-, que no tiene perfil político de clase ni mucho menos “un corazón” y que, en cambio, está asumiendo la apariencia de una “muleta de izquierda” del Pd.» Una posición en total oposición con la secretaría nacional.

En 2008 hay elecciones anticipadas: tras los escrutinios, Arcobaleno consigue el 3,1% de los votos, insuficiente para superar el mínimo del 4% [7] y se queda fuera del Parlamento. Para mí significa la confirmación del fracaso del Arcobaleno y de la exigencia de una nueva subjetividad comunista. Tracé enseguida los ejes de debate del PdCI para el futuro: «tres son los ejes de debate que se tienen que afrontar: Una nueva reflexión y práctica del antiimperialismo en la era de la globalización capitalista, tanto en relación con el americano, dominante, como con el europeo, que está naciendo. La alternativa a la “americanización” de la política y, por lo tanto, al Partito Democrático, precisamente para lograr un cambio de sistema y de sociedad. Una nueva subjetividad de los comunistas, en la que puedan comprometerse todos y todas las que quieran luchar por la superación de este modelo de sociedad, más allá de las actuales (y, por supuesto, no autosuficientes) organizaciones en las que participen.» Definí, por lo tanto, la idea de un nuevo partido comunista fuertemente alternativo al PD y con una identidad comunista tan marcada como renovada. En la Dirección Nacional del 18 de abril, Diliberto puso su puesto a disposición, sometiéndolo a consulta. Finalmente, consiguió el consenso necesario, mientras que yo, en contra, no participé en la votación. El 8 de noviembre de 2008 presenté el periódico online Proletari@, que en realidad era el embrión de una corriente política organizada. En vista de las elecciones europeas del 6 y 7 de junio de 2009 nació la Lista Anticapitalista, en la que participaban Rifondazione, Comunisti Italiani, Socialismo 2000 y, en un primer momento, incluso Consumatori Uniti [8].

En aquel momento, pedí una muestra de mayor discontinuidad con el pasado y propuse una “circunscripción obrera”, es decir, dejar exclusivamente a candidatos trabajadores o militantes de movimientos una de las circunscripciones seguras en caso de superar la barrera electoral, con el objetivo de «elegir al menos a un trabajador, dando así eficacia a tantas llamadas a dar voz a las clases subalternas».

La propuesta, que obtuvo el apoyo de algunos miembros del PdCI, de Rifondazione y fuera de los partidos, no será escuchada. Los resultados de las elecciones significaron una segunda derrota, también para esta nueva lista, de nuevo por debajo del mínimo del 4%. En aquel momento, el PdCI convoca al buró político donde Diliberto presenta de nuevo su dimisión. Al final de la reunión, el buró vota contra la dimisión, con la única excepción de mi voto. El Buró Político emite un documento donde «confirma la firmeza de la línea» y asegura proceder «con determinación hacia el proceso de reunificación» con Rifondazione y Socialismo 2000. El 13 de junio de 2009 se reúne la más amplia Dirección Nacional donde, sustancialmente, se repite lo acontecido en el Buró Político, conmigo como única voz crítica. Algunos dirigentes del partido llaman a tomar medidas disciplinarias contra mí alegando que “durante la campaña electoral no había defendido las listas del partido, a pesar de ser candidato a las municipales como alcalde de Collegno y a presidente de la provincia de Grosseto”.

El 18 de junio, la situación se precipita. En la web de Proletari@ publicamos una carta abierta a Diliberto, en la que algunos dirigentes del PdCI pide que se convoque al CC como máximo el 5 de julio, ampliado también a los secretarios de comités y de célula porque, se afirma, «creemos que es necesaria una reflexión profunda que implique a todas las instancias del partido, a partir de la misma base». El día siguiente fui convocado por telegrama por el Comité Nacional de Garantía (CNG). El 22 de junio de 2009 me escuchó el CNG y fui expulsado. Las razones de la expulsión tienen que ver con la acusación de haber hecho campaña en las europeas a favor de “L’Italia dei Valori” y, en particular, de su candidato, Gianni Vattimo. En aquel momento di una entrevista al Corriere della Sera, respondiendo integralmente a las acusaciones, y pedí explicaciones sobre las influencias de logias masónicas en el Partido.

El 3 de julio de 2009 anuncie la fundación del movimiento político Comunisti Sinistra Popolare, que recogía a algunos excamaradas del PdCI y buscaba la recomposición comunista partiendo de la presencia efectiva en los lugares del conflicto social. De hecho, el eslogan era “Volver entre la gente, volver a empezar desde las luchas”. El movimiento recién nacido defendía que la derrota se debía al apoyo al 2º gobierno Prodi, a la perdida de identidad, valores y al alejamiento de la propia base social. CSP, ya constituido como partido, para afirmar sus diferencias respecto a los demás partidos de izquierda, no se presenta a las elecciones regionales de 2010 y elige un símbolo cuadrado y no redondo, como los partidos tradicionales, para simbolizar también desde un punto de vista visual una total «inversión de tendencia respecto a las lógicas electoralistas que, desgraciadamente, han empapado también la izquierda durante estos años». Mientras tanto, la crisis económica hace notar su presencia y estalla el caso griego.

En mayo de 2010, CSP responde a la llamada del Partido Comunista de Grecia (KKE) que en los días anteriores había llevado a los trabajadores europeos a seguir el camino de las movilizaciones griegas. El KKE había enviado su mensaje desde el Partenón, en Atenas. El 7 de mayo un grupo de militantes del CSP cumple una acción clamorosa en Roma, en el Coliseo, sacando una pancarta con el mensaje “People of Europe rise up!” y desenrollando desde dentro del anfiteatro romano grandes banderas rojas.

«No podemos no estar al lado del pueblo griego, víctima de la especulación y de los grandes intereses de poder a nivel global -declaré- con la esperanza de que, al despertar de ese pueblo, siga el de nuestro país». Parafraseando un viejo eslogan, hoy en Grecia, mañana en Italia. Desde aquel momento, la relación entre CSP y el KKE se ha intensificado cada vez más.

El 22 de enero de 2012, el partido decide por enorme mayoría, modificar el símbolo añadiendo el rótulo “Partito Comunista” bajo la hoz y el martillo, el símbolo de CSP. “El nuevo símbolo estará al frente de las luchas contra el gobierno Monti, la Unión Europea y la OTAN”. Mandé publicar, el mismo año, “El golpe europeo”, basado en una dura crítica al capitalismo italiano y europeo (claramente representado cuando, aprovechando mi invitación al programa de televisión Matrix para analizar y discutir el acuerdo con Grecia, rompí en directo una copia de los Tratados Europeos). Además, el libro sirve parcialmente como manifiesto anti-UE del Partido, trazándose así un análisis sobre el “¿Qué hacer?” y sobre su propuesta política.

Comunisti Sinistra Popolare-Partito Comunista participa en las elecciones políticas de 2013, decidiendo presentarse solo en el extranjero, presentando lista en la sección Europa para emigrantes italianos: Senado 1.58% 7566 votos (interesante el resultado en Francia 2,98% 2100 votos) – Cámara 1.35% 7073 votos. Además de la hoz y el martillo, se cambia el color, de amarillo a blanco, y se inserta una banda negra por problemas a la hora de registrarlo, ya que el juzgado lo consideraba demasiado parecido al del Partido della Rifondazione Comunista. CSP-Partito Comunista se basa en los principios del marxismo-leninismo y se marca como objetivo el socialismo-comunismo.

El Partido no reniega de la experiencia soviética con Stalin; es más, atribuye el papel de iniciador del revisionismo y del desmantelamiento del socialismo a Jrushchov. El eslogan que acuñamos intentaba resumir aquel concepto de forma simple pero duradera: «no ha fracasado el socialismo, sino su revisión», frase que, desde los subtítulos de nuestra tarjeta de militante, se está convirtiendo en patrimonio colectivo a nivel internacional entre los comunistas. Declaramos además que las elecciones serán «un momento de comprobación del trabajo desarrollado y no una carrera hacia el escaño. En caso de que miembros del partido resultaran elegidos tendrán un salario obrero. Las formas de representatividad de la democracia burguesa hay que “usarlas” para lo que son y para nada más, en referencia al parlamentarismo, que sería un medio y no un fin para el partido».

El 6 de abril de 2013 llamamos a reunirse en Roma a los partidos comunistas europeos de inspiración marxista-leninista que tenían como símbolo la hoz y el martillo, expresando el rechazo claro a la socialdemocracia. Respondieron a la llamada el KKE, el PCPE, la URCF y el Polo por el Renacimiento Comunista francés, el Partido Comunista Obrero Ruso (RKRP), el SKU ucraniano, el Partido Comunista de Turquía y el Partido Comunista Obrero Húngaro, con presencia de los embajadores de la República de Cuba, de la República Bolivariana de Venezuela y de la República Popular Democrática de Corea. En la reunión también participa el Fronte della Gioventù Comunista-FGC. En cambio, no estarán presentes aquellos partidos que han eliminado la hoz y el martillo de su símbolo o que se han dirigido hacia políticas reformistas, abandonando las revolucionarias: por tanto, ningún espacio hay para la griega SYRIZA o el Partido Comunista Francés, pero tampoco para los italianos Rifondazione Comunista y el Partito dei Comunisti Italiani. La reunión se realizó para crear una red comunista internacional y tuvo como eslogan “Contra el capitalismo. Fuera de la Unión Europea, el Euro y la OTAN. ¡Por el socialismo-comunismo!”.

Los partidos comunistas presentes aprobaron y firmaron un documento conjunto, abierto a la adhesión por parte de otros partidos comunistas y obreros.

En Bruselas, el 1 de octubre de 2013, CSP-Partito Comunista participó en la asamblea de partidos comunistas de Europa (tanto de países miembros de la UE, como de no miembros o asociados), convocado por el KKE. De allí nacerá la INICIATIVA DE PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS, con símbolo común en un obrero que rompe las cadenas (símbolo de la III Internacional, además que de la primera tarjeta del Partido Comunista de Italia). La iniciativa afirmó oficialmente la cooperación internacional, desarrollando un documento firmado por 29 partidos comunistas para el estudio y análisis de las cuestiones europeas y para la coordinación de las actividades. La iniciativa afirma su distancia con el Partido de la Izquierda Europea (PIE), declarando, en cambio, que se inspira en los principios del socialismo científico. Firmaron: Partido del Trabajo de Austria, Partido Comunista Obrero de Bielorrusia, Nuevo Partido Comunista de Gran Bretaña, Partido de los Comunistas Búlgaros, Unión de los Comunistas Búlgaros, Partido Socialista Obrero de Croacia, Partido Comunista en Dinamarca, Polo del Renacimiento Comunista en Francia, Unión de los Revolucionarios Comunistas (Francia), Partido Comunista Unificado de Georgia, Partido Comunista de Grecia, Partid Obrero Húngaro, Partido de los Trabajadores de Irlanda, Comunisti Sinistra Popolare-Partito Comunista (Italia), Partido Socialista de Letonia, Frente Popular Socialista de Lituana, Partido Comunista de Macedonia, Partido Comunista de Malta, Resistencia Popular (Moldavia), Partido Comunista de Noruega, Partido Comunista de Polonia, Partido Comunista Obrero Ruso, Partido Comunista de la Unión Soviética (Rusia), Nuevo Partido Comunista de Yugoslavia (Serbia), Partido Comunista de Eslovaquia, Partido Comunista de los Pueblos de España, Partido Comunista de Suecia, Partido Comunista de Turquía, Unión de los Comunistas de Ucrania.

Con el Congreso del 17-18-19 de enero de 2014 renace el Partido Comunista en Italia, un punto de partida para un trabajo difícil y a largo plazo.

En 2016, pudiendo contar por fin con una discreta base territorial, el partido se presenta a las municipales. En Turín, el Partido ha tenido el 0,89% y en Roma el 0,83%.

El 21-21 de enero de 2017 se desarrolló en Roma el II Congreso Nacional del Partido Comunista, con la reelección unánime con voto secreto del abajo firmante como Secretario General.

***

[1] NdT: Partito dei Comunisti Italiani. Hoy, reintegrado en el nuevo “Partito Comunista Italiano”.

[2] NdT: La “Sinistra Arcobaleno” fue una de las varias listas electorales bajo las que se presentó el PdCI.

[3] NdT: Las elecciones políticas son equivalentes a nuestras elecciones generales.

[4] NdT: Las elecciones administrativas son equivalentes a nuestras elecciones municipales.

[5] NdT: En italiano un “lavorio” es un trabajo “oculto”, “escondido”, que podríamos traducir como “trabajo de zapa interno”.

[6] NdT: Se entiende por “Segunda República” (Seconda Repubblica) la configuración política italiana a partir de 1994, tras varios eventos importantes desde principios de los 90: la disolución del PCI, el escándalo de Tangentopoli (que se llevó por delante a la Democracia Cristiana y al Partido Socialista de Craxi), la entrada en política de Berlusconi con Forza Italia, la desaparición del Movimento Sociale Italiano (y la aparición de Alleanza Nazionale), la muerte de los jueces Giovani Falcone y Paolo Borsellino.

[7] NdT: En el sistema electoral italiano, las listas electorales deben lograr al menos el 4% de los votos para poder entrar en el parlamento.

[8] NdT: Consumatori Uniti significa “Consumidores unidos”. 

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