El 6 de marzo las organizaciones miembro de la Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD) nos enteramos de la detención de Oleksandr y Mykhailo Kononovich y, casi cuatro meses después, seguimos exigiendo su liberación al Gobierno de Zelenski. Los hermanos Kononovich, acusados de traición y de ser colaboradores de la Federación Rusa y de Bielorrusia, son firmes militantes comunistas que han denunciado la barbarie imperialista y el auge del fascismo que vive Ucrania desde 2014.
La persecución de militantes comunistas y luchadores antifascistas es una constante en Ucrania: en estos ocho años la reacción ha crecido de forma galopante, dirigiendo sus ataques a todos aquellos que luchan contra la explotación, llegando incluso a asesinar a muchos de estos luchadores. Desde 2015, el Partido Comunista está ilegalizado y sufre una represión brutal que tan sólo algunos partidos y juventudes comunistas y organizaciones sindicales del mundo hemos denunciado. La Unión Europea es cómplice de esta situación y prefiere mirar para otro lado, por lo que cualquier atentado contra la integridad y la vida de los hermanos Kononovich será también su responsabilidad.
La solidaridad internacionalista y la difusión del caso Kononovich ha jugado un papel esencial en el mantenimiento con vida de Oleksandr y Mykhailo. La campaña internacional llevada a cabo por la Federación Mundial —donde los Colectivos de Jóvenes Comunistas participamos de forma activa— ha servido para informar a decenas de miles de jóvenes obreros y estudiantes de todo el mundo sobre nuestras demandas y reivindicaciones. La última acción, celebrada el pasado 24 de junio, concentró a más de cuarenta militantes comunistas y delegados internacionales frente a la Embajada de Ucrania para entregar una serie de firmas y el manifiesto elaborado en estas últimas semanas por la Federación Mundial. Para sorpresa de nadie, ningún representante de la Embajada atendió a la delegación encabezada por el presidente de la FMJD.
En las próximas semanas seguiremos exigiendo la liberación de los hermanos Kononovich y denunciando la política represiva del régimen ucraniano contra nuestros hermanos de clase, contra los comunistas, contra los hermanos Kononovich. No cabe duda de que el internacionalismo proletario es más fuerte que su represión. Hemos alzado la bandera de la solidaridad internacionalista, de clase, y aunque los vientos de la reacción y la guerra imperialista soplen huracanados, nuestro estandarte es ahora inquebrantable.