Partido Comunista Argentino: «Vamos a llevar adelante un combate abierto y frontal contra este gobierno, organizando a la clase».

Nuevo Rumbo: En primer lugar, nos gustaría agradecer vuestra predisposición a realizar esta entrevista, ya que somos conscientes de que estáis inmersos en un importante trabajo postelectoral. Para empezar, nos gustaría conocer el contexto político y social en el que se han dado las recientes elecciones presidenciales argentinas.

PCA: El contexto político y social en Argentina durante la campaña electoral era de profundización de la crisis política y económica, con grados paupérrimos de vida para la clase obrera, con altos índices de inflación, con grandes índices de empleo informal y el aumento de la carestía de la vida, y todo esto gracias a la pésima administración progresista de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, quienes habían prometido un gobierno “nacional y popular”, y lo único que llevaron adelante fue un gobierno anti obrero y anti popular, con entrega de nuestros recursos naturales, represión a la clase obrera y empujando al 50 % de la Argentina a la pobreza, con salarios promedios entre 150 y 200 dólares. A la vez, con una falta de alternativa revolucionaria en el país, con una izquierda parlamentaria y furgón de cola de la burguesía, surgió una propuesta política radical de ultraderecha, con consignas vacías, pero ante tanto fracaso de la politiquería tradicional, surge Javier Milei, presentándose como un outsider, que terminó canalizando el enojo y la rabia de la clase obrera.

Nuevo Rumbo: Prácticamente todas las encuestan daban ganador a Massa, incluso vuestro Partido evaluó que Massa en ese momento concreto parecía el candidato más viable para el capital. Vistos los resultados, ¿nos podríais explicar a qué se debían estas previsiones y qué factores han operado para este resultado tan aparentemente inesperado?

PCA: El candidato y el partido de los monopolios y del Fondo Monetario Internacional era Sergio Massa y el Partido Justicialista (peronismo), el que iba a garantizar la «paz social» a la burguesía, y sin duda todos los pronósticos lo daban ganador a él. Y hay una sencilla y controvertida explicación: Sergio Massa fue ministro de Economía del Gobierno de Alberto y Cristina, quien llevó a la Argentina a una inflación feroz, y el sueldo de la clase obrera se encontraba totalmente devaluado, por lo que el enojo del pueblo argentino fue más fuerte que todo el apoyo que recibió Massa; del FMI, la Sociedad Rural, la mayoría de los monopolios de capital argentino, el empresariado medio y demás. Como decíamos antes, ante el fracaso de la administración progresista, la desilusión del pueblo ante las promesas del peronismo en 2019, la misma clase llevó adelante lo que en Argentina llamamos «el voto castigo»; no fue porque la clase se defina «anarcocapitalista» como Milei, ni porque coincida con Milton Friedman, ni porque la clase obrera sea anticomunista, sino porque Milei era el único candidato que no tenía trayectoria dentro del sistema político y que logró canalizar los reclamos del pueblo, con eslóganes de ultraderecha, culpando al rol del Estado, al comunismo, al progresismo, de todos los males de la Argentina.

Nuevo Rumbo: ¿Cuál ha sido el papel del oportunismo y la socialdemocracia en estas elecciones y cómo habéis afrontado desde el Partido Comunista Argentino todo el periodo electoral?

PCA: Depende de qué corrientes oportunistas y socialdemócratas. Por un lado, en el Movimiento Comunista Argentino somos cuatro partidos comunistas: el PC de la Argentina, el PC Revolucionario (maoísta), el PC Congreso Extraordinario y nosotros. Menos el PC Argentino, los demás han participado en las listas de Massa, fervientemente han querido impulsar «Frentes Antifascistas» y le han dicho a la clase obrera que el peronismo era la única alternativa para vencer al «neofascismo» de Milei, y por ende han jugado un papel de furgón de cola del candidato de los monopolios, un papel desmovilizador y de falsas ilusiones a las masas, diciendo que de la mano del candidato de la burguesía vendría una mejor vida a la clase obrera. Eso rápidamente fue desmentido por el mismo peronismo, cuando tras las elecciones dijo que su plan era parecido al de Javier Milei. La mayoría de los partidos comunistas han desempeñado un papel lamentable estas elecciones. Por otro lado, en el trotskismo, como fuerza oportunista y hegemónica de izquierda en Argentina, una parte apoyó explícitamente a Sergio Massa y otra parte dio «libertad» a sus votantes y militantes para votar a quien le pareciera, sin posicionarse con claridad ante las masas, dándole un guiño político al peronismo. Por último, varias corrientes progresistas, por ejemplo, una encarnada en Juan Grabois –hombre del Vaticano y dirigente peronista–, en las elecciones de primer término cuestionaron duramente el programa de ajuste, entrega y represión de Sergio Massa, pero ya en la segunda vuelta jugaron su papel desmovilizador, engañando a las masas, con promesas que claramente no iban a cumplir.

Como partido tuvimos una posición firme desde el primer momento y nos posicionamos en las tres instancias de votación: en las PASO, que son elecciones donde se definen los partidos que van a participar, después la primera vuelta y, por último, el ballotage, donde se enfrentaron dos candidatos; por un lado, Javier Milei y, por otro, Sergio Massa. Nosotros desde el primer momento dijimos que no nos íbamos a posicionar bajo bandera ajena, que ninguna facción de la burguesía representaba los intereses de la clase obrera y los comunistas no podíamos elegir entre uno u otro capitalista, ya que ningún candidato podrá resolver los problemas básicos que el pueblo necesita, ni siquiera un alivio a la clase obrera. Por ello, hicimos un llamamiento a no votar o votar nulo y desplegamos una gran campaña para que la clase obrera fuera consciente de que votando a uno u otro votaba a su verdugo, y resaltábamos en nuestra campaña, en el marco electoral, que la única manera de que los problemas básicos sean resueltos será cuando la clase obrera tome el poder y lleve a la victoria la roja bandera emancipadora.

Nuevo Rumbo: ¿Cómo caracteriza el PCA el nuevo Gobierno de Milei y qué retos y objetivos tenéis en mente afrontar en los próximos meses?

PCA: El Gobierno de Milei es un gobierno de ultraderecha, anticomunista, anti obrero y antipopular, que está llevando adelante una ofensiva feroz contra la clase obrera y el pueblo, primero con un Decreto que deroga leyes obreras conquistadas a principio del siglo XX, por otro lado beneficiando a monopolios del litio, aluminio, alimenticios, bancos, etc. y, a la vez, criminalizando la protesta social, derogando leyes como la «Ley de Alquileres», permitiendo a los dueños del negocio inmobiliario cobrarte el alquiler en dólares y aumentarte el precio todas las veces que lo crean necesario. Por otro lado, la misma canciller Diana Mondino dijo que con este paquete de medidas «desregularizadoras» de la economía el patrón podrá pagarle al obrero en cualquier moneda; hasta podrá pagar con alimentos como carne y leche en vez de dinero en efectivo. Todo esto, entre tantas otras medidas contra nuestra clase. Por eso decimos que vamos a llevar adelante un combate abierto y frontal contra este Gobierno, organizando a la clase en los lugares de trabajo, de estudio, en los barrios populares, y radicalizando los conflictos para tirar abajo todas las medidas antipopulares, como el DNU, el protocolo antipiquete, la Ley Ómnibus y demás, y encontrarán al Partido Comunista Argentino poniendo todas sus fuerzas en lograr organizar, radicalizar y dirigir las luchas del proletariado argentino.

Nuevo Rumbo: Sabemos que hace escasas semanas se cumplieron 106 años de la fundación del histórico Partido Comunista en Argentina. También sabemos que vuestro partido se reclama como el continuador de ese hilo rojo histórico. ¿Qué conclusiones sacáis en el contexto de esta efeméride en torno a la historia del PCA y la construcción de vuestro partido?

PCA: El 6 de enero hemos cumplido 106 años, y en Argentina ningún partido comunista a excepción de nosotros honra la historia de los 106 años de lucha, ni tampoco hace honor a su mandato; al contrario, se han dedicado a ocultar la historia partidaria y las banderas las han entregado a la burguesía local. Nosotros nos consideramos continuadores de esa historia, porque tenemos el mismo objetivo que el partido que nació el 6 de enero de 1918; en comparación con los otros partidos comunistas, tenemos el objetivo de tomar el poder, derrocar al capitalismo y construir el socialismo-comunismo. No luchamos por un gobierno de reformas, por las migajas de los gobiernos progresistas; luchamos por el cambio de sistema, y eso nos hace legítimos herederos de los 106 años de historia. Los liquidadores vendieron las banderas rojas, nosotros las rescatamos, las encarnamos en el Partido Comunista Argentino y nos propusimos llevarlas a la victoria, cueste lo que cueste, y eso lo estamos logrando, con grandes avances en la construcción partidaria entre las masas, creciendo numérica y cualitativamente. Nuestros militantes no descansan en pos del objetivo estratégico, porque nosotros no solo consideramos que la revolución es posible, sino que es una tarea urgente; por eso, el mejor homenaje que le podemos hacer a los 106 años del Partido, a nuestros muertos, torturados, perseguidos, por las distintas dictaduras, por el naziperonismo, y demás gobiernos, es poner de pie al Partido Comunista para que cumpla su rol histórico, y nada ni nadie podrá impedir que se cumpla.

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