Sobre la lucha de las trabajadoras del sector de las conservas del pescado

El pasado mes de febrero el sector de las conservas convocó jornadas de lucha y huelga ante el bloqueo a la negociación del nuevo convenio colectivo estatal, afectando en España a unas 1.200 personas, mayoritariamente mujeres.

Las jornadas de huelga convocadas por los sindicatos mayoritarios fueron secundadas en masa por la plantilla y las trabajadoras participaron activamente en las movilizaciones. Las trabajadoras de las conserveras exigían nada más y menos que lo que les corresponde: mejorar las condiciones laborales precarias que sufren en sus puestos de trabajo todos los días, una subida salarial que les permita tener una vida digna, no solo llegar a fin de mes por los pelos, y la igualdad y equiparación salarial entre las categorías profesionales 5 y 6, ésta última, conformada sobre todo por hombres, a diferencia de la 5.

Si en general las mujeres tienen peores condiciones laborales en todos los ámbitos, abarcando casi todo el trabajo temporal y con jornadas reducidas, las trabajadoras de las conserveras sufren esas circunstancias de manera más intensa. A esas paupérrimas condiciones laborales, tenemos que añadir que muchas de estas trabajadoras están contratadas como fijas-discontinuas, es decir, están condenadas al trabajo a demanda, donde pueden prescindir de ellas a las primeras de cambio. Y con la nueva Reforma Laboral, esto se sigue perpetuando bajo el falso discurso de la flexiguridad.

Además, se debe destacar el gran desgaste físico de este trabajo, con un gran número de lesiones en la espalda o en las manos y que no se las reconoce como enfermedades derivadas del trabajo, con todo lo que ello implica. Constantemente, día tras día, ponen en juego su salud centenares de trabajadoras para llevar a su casa un salario con el que sobrevivir.

Después de varias jornadas de lucha y diferentes días de huelga la cuestión se cerró falsamente con un acuerdo que no recogía las reivindicaciones fundamentales. El 9 de marzo, UGT y CIG ratificaron, junto a la patronal ANFACO (Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescados) un Convenio Colectivo estatal de Conservas de pescado vergonzoso.

Una de las reivindicaciones fundamentales de los trabajadores y trabajadoras de las conservas era acabar con la brecha de género, muy pronunciada, en el sector. Con este convenio que se ha firmado, las categorías profesionales siguen manteniéndose como estaban, permitiendo que las mujeres trabajadoras en las conserveras cobren menos que sus compañeros por un trabajo de igual valor. Y no solo eso, sino que además, se incluye un punto sobre el trabajo tanto en fines de semana como en festivos para todas las nuevas contrataciones de forma obligatoria. Y esto, quién más lo van a sufrir, van a ser las mujeres y las personas jóvenes, haciendo muy difícil la conciliación laboral y familiar.

Se ha criminalizado todo piquete y movilización de las trabajadoras, y los gobiernos, tanto autonómicos como el estatal, han mirado para otro lado sin importarles lo más mínimo las condiciones del sector de las conservas.

Con las enseñanzas adquiridas en la huelga, se torna necesario continuar esa pelea aprovechando la acumulación de fuerzas de estos meses. Las trabajadoras deben seguir con la participación activa en las asambleas y organizarse de manera consciente para mantener el pulso y luchar contra la intransigencia de la patronal y la firma de un convenio que no recoge las reivindicaciones de las trabajadoras.

Son las trabajadoras las que han mantenido la producción en las fábricas generación tras generación y son ellas las que deben tomar las decisiones que consideren para avanzar hacia la consecución de lo que se proponen, aprendiendo de la lucha e ir tomando conciencia de que es preciso tomar el control de sus vidas.

Con todo esto hay que dejar muy claro que cualquier mejora salarial o laboral, por pequeña que sea, no es más que mérito de las trabajadoras y los trabajadores que durante días estuvieron secundando la huelga y las movilizaciones.

Han sido, y siguen siendo, un ejemplo de lucha colectiva. Y el Partido Comunista va a estar siempre que se movilicen apoyando sus justas reivindicaciones, exigiendo unas condiciones dignas, justas y sin discriminación laboral y salarial.

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