¿A quién protege el Gobierno?

Unos comentarios rápidos sobre la “protección a los consumidores ante la crisis energética” que, por valor de 3.000 millones de euros, aprobó ayer el Consejo de Ministros.

En primer lugar, hay que recordar que rebajar la factura al consumidor no supone que el precio de mercado de los productos energéticos se reduzca. Si se baja el impuesto eléctrico, Iberdrola no gana menos, sino que es el Estado el que ingresa menos. Lo mismo ocurre con la rebaja del IVA o con cualquier otro impuesto sobre el consumo. Es decir, los kilowatios/hora los siguen cobrando igual las empresas, aunque tú no los pagues.

En segundo lugar, según los cálculos del Gobierno para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado de 2022, se preveían unos ingresos tributarios por un total de 232.000 millones de euros. De estos, menos de 25.000 millones procedían del Impuesto de Sociedades. La inmensa mayoría (175.000 millones), procederían del IRPF y del IVA.

Las empresas no tributan por IRPF. Solamente los autónomos pagan así su impuesto sobre sus beneficios. El IVA es un impuesto diseñado para que lo pague el consumidor final, ya que las empresas se lo van repercutiendo entre sí hasta que lo pagas tú cuando compras un litro de leche. Con los datos anteriores, se concluye que las grandes empresas (no lo autónomos, sino quienes pagan Impuesto de Sociedades) aportaron algo menos del 11% del total de ingresos por impuestos estatales.

Teniendo en cuenta que el principal ingreso del IRPF viene de las rentas del trabajo y que el principal ingreso de IVA (que afecta más negativamente a las rentas más bajas) viene del consumo de los hogares, se concluye fácilmente quién sufraga la mayor parte del ingreso estatal.

Por tanto, ¿quién paga “la protección a los consumidores ante la crisis energética”? Los propios consumidores mediante lo que han pagado previamente vía impuestos, mientras las grandes empresas energéticas, las mismas que son las únicas que ofrecen tarifas TUR, podrán tener más o menos problemas derivados del suministro, la huida de clientes y otras consideraciones, siguen obteniendo pingües beneficios, de forma inmediata o diferida, de tu bolsillo o del bolsillo estatal, o a medias, por su negocio. Seguramente, otras empresas más pequeñas quebrarán.

Con la enorme cantidad de dinero público destinada a paliar la subida brutal de los costes energéticos, que finalmente va a las arcas de las grandes empresas del sector, hay que preguntarse ¿quién lo paga de verdad y quién se beneficia de verdad? Pues al final, lo pagas tú y se benefician Endesa, Iberdrola, Naturgy y TotalEnergies. Dicho de otra forma, con las rentas del trabajo y el consumo de los hogares se financia a los grandes monopolios energéticos. Aunque parezca otra cosa, es así.

 

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